El Florero

Los floreros son objetos cuyo valor se mide en relación al efecto que producen al juntarlos con otros objetos. Un jarrón por sí solo no es bello, pero si que puede embellecer una sala. Además el florero es solo un contenedor, y no asegura el contenido, que normalmente es lo realmente bonito. Dicho de otro modo tener el jarrón no asegura que se tengan las flores, se puede dar una cosa sin la otra. Los floreros son objetos que por sí mismos no aportan nada, de ahí que se haya trasladado este sentido a las relaciones de pareja, concretamente a las «novias florero». Las novias florero al igual que los jarrones son pasivas, se limitan a hacer acto de presencia y rara vez toman la iniciativa. El mejor ejemplo es la película «Nacida Ayer» (Born Yesterday) de Melanie Griffith, que en realidad se iba llamar «la Mujer florero» (The FlowerJar Woman) pero al final decidieron cambiarle el nombre porque sonaba demasiado desconsolador, pues era una comedia romántica.
Después de mis tres meses como Licenciado en Humanidades en paro he descubierto que el termino florero además de a las novias también es aplicable a mis estudios. La Licenciatura en Humanidades es una carrera florero, por si sola no sirve de mucho pero en conjunto con otra es cuando adquiere valor, ya sea periodismo, comunicación audiovisual, administración y dirección de empresas, magisterio… y casi cualquier cosa.

Del mismo modo que los floreros, el contenedor no asegura el contenido. Acabar la licenciatura en humanidades no asegura ser un erudito en el tema, lo que también explica porqué gente como la Maite Tarrida se hayan licenciado este año.

La Facultad de humanidades en el conjunto de la Universidad Pompeu Fabra era lo mismo que un jarrón con lirios en una Oficina de la Caixa. Proporcionaba un ambiente agradable y cálido entre tanto especialista en economía. Los humanistas éramos el supuesto acento reflexivo en un lugar que a veces carecía de esta capacidad. Éramos el espíritu crítico de protocolo necesario en cualquier currículo.

Paradójicamente, por lo que comente en la anterior entrada, somos igual que las ONG que realizan acciones humanitarias. Todo el mundo nos considera útiles y necesarios pero nadie nos dará nunca un duro por ello.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Un jarrón por sí solo no es bello? Eres demasiado radical. Igual no te gustan los floreros, y lo totalizas en una opinión. Típico de gente que no se anima a hacer cosas, y después se pasa la vida despotricando contra todo y todos. Porque "el 90% de las cosas es basura". Será que lo dices porque nunca te animaste a mostrar un razgo realmente íntimo de tu personalidad? (hoy en día, escribir un blog no es una salida real para tu problema). Prueba con decorar un jarrón. Puede cambiarte la vida.
Pan ha dicho que…
Lo del jarrón es para explicar lo de las humanidades. Más allá de esto mi relación con los floreros más que de animadversión es de indiferencia. Me pasa lo mismo con los partidos políticos y con las marsopas. Por cierto he probado lo de decorar un jarrón, y debo admitir que me ha picado el gusanillo. Saludos.

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