Clásicos

Esta semana todo el mundo habla de fútbol.
El clásico entre Barça y Madrid se parece cada vez más a la Guerra de las Galaxias(ver enlace), una batalla épica entre el bien y el mal que nunca se acaba, los jedi contra los sith, Guardiola contra Mourinho, Obi Wan contra Darth Maul, Xavi contra Pepe, el jogo bonito contra el resultadismo…. Por si esto no fuera suficiente los redactores del Marca, con su facilidad para inventar ficciones, pasan de ser periodistas para ejercer de novelistas. Así que era inevitable que acabara escribiendo esto.

Aunque día a día este clásico se hace más literario, todo el mundo coincide en que la mejor novela sobre fútbol jamás escrita es "Fiebre en las gradas"  de Nick Honrby(ver enlace) , que casualmente me leí hace poco .

Me acerqué a Hornby por su fama de escritor serio-no demasiado serio- que no es una fábrica de bestsellers  pero sobre todo para ver si encontraba alguna explicación a mi recién adquirida afición futbolística. Durante toda mi vida me ha aburrido el fútbol. Sin embargo ahora, dadme una café americano, y un periódico con una buena crónica deportiva un domingo por la mañana y seré feliz el resto de la semana. No siempre fue así.

Podría haber tenido la infancia más bonita de la historia viendo los dibujos animados del Club Super3(ver enlace) y luego los partidos del Barça del Dream Team de Johan Cruyff(ver enlace). Pero No. Cuando era pequeño me aburría ver un montón de tíos dándole patadas a un pelota. Mi afición al fútbol es bastante reciente y no tiene una causa futbolística clara, es más, yo en realidad llegué al fútbol por culpa del Partido Popular.

De pequeño escuchaba radio fórmulas. Cuando me levantaba, dejaba la radio encendida, me vestía y desayunaba con los éxitos de turno. Luego desarrollé mi propio gusto musical,(ver enlace) y cambié las radio fórmulas por espacios de noticias. Por una cuestión de inercia familiar acabé sintonizando la Cadena Ser. La relación con mi padre nunca ha sido mala, conforme más crezco mejor nos conocemos y mejor es, ahora que lo pienso creo que es buena de cojones. Tu padre es alguien a quien escuchas y te inspira confianza. Alguien que sabes que nunca intentará joderte, y si te dice algo que no te gusta tarde o temprano descubres que de algún modo lo hace por ti. Yo sin quererlo encontré a otro padre, un padre radiofónico.

En aquella época Iñaqui Gabilondo (ver enlace) llevaba el programa estrella de la cadena ser. Era SU programa. Nunca ocultaba sus preferencias políticas tratando de ser falsamente objetivo. Las desgracias parecían menos desgracias cuando las daba Iñaki a primera hora de la mañana. Se levantaba antes que mi madre y no te daba el café sino los buenos días y el resumen de las locuras del día anterior. El mundo parecía un lugar igual de horrible pero con un sentido de la justicia más desarrollado. 

A pesar de mi devoción por Iñaki, en aquella época mi padre radiofónico estaba muy enfadado. Era la segunda legislatura de Aznar, la de la mayoría absoluta(ver enlace). Iñaki estaba irascible, siempre de mal humor. Por primera vez desde que lo escuchaba, sus desgracias parecían desgracias de verdad y acabé haciendo lo que haría cualquier hijo cuyo padre siempre está enfadado y soltando improperios. Me fui. Descartadas las radio fórmulas, acabé escuchando una sintonía deportiva. El café y el Barça de Frank Rijjkaard(ver enlace) hicieron el resto.

A diferencia del protagonista de “Fiebre en las gradas” mi vida no está ordenada según partidos de mi equipo de fútbol. Si me preguntan como a Nick Hornby por un gol trascendente en la historia del Barça diría que el de Andrés Iniesta al final del partido de la vuelta contra el Chelsea en la champions(ver enlace). Pero en realidad lo sé por un articulo que leí después de John Carlin(ver enlace) en el que comentaba que dada la facilidad aplastante con la que el Barça había ganado esa liga, los goles habían perdido su valor. Las cosas cuando te cuestan mucho saben mejor. John Carlin decía que fue precisamente ese gol, un 1-0 apurado, casi en el pitido final, después de ver como el Chelsea aguantaba el asedio barcelonista durante una hora y media lo que lo hizo tan grande. Es el mismo al que se refería Mou el otro día como "el escándalo de Stamoford Bridge". No olvidaré nunca la foto de Iniesta al día siguiente quitándose la camiseta gritando a todo pulmón.

Nick Hornby habla de fútbol y en realidad habla de otras cosas. O es al  revés. Habla de otras cosas para hablar de fútbol. Por eso me gusta. El fútbol como metáfora. Si quisiera ponerme en plan culto, podría decir que en realidad es claramente posmoderno. Que los partidos del Arsenal en su novela son como un pastiche, trozos de tela para formar una manta más grande, un texto más grande compuesto de otros textos. La historia de la vida del narrador contada a través de la propia historia del Arsenal, partido a partido, pase a pase, uniendo historias para hilvanar una novela, una jugada.

O a lo mejor simplemente me gusta porque habla de fútbol. Me gusta el fútbol de una manera primitiva. Saca lo peor de mí. Me da la excusa perfecta para gritar como un burro en un concierto de heavy metal y que la gente no me mire raro porque todo el mundo en el bar hace lo mismo.**

Nick Hornby es capaz de hablar de alta literatura y del golazo de Alan Smith(ver enlace) todo dentro de la misma novela. Es como chuparte los dedos en el Burger King y al día siguiente deleitarte con el estofado de cordero de tu madre(ver enlace). No renunciar a nada y saber disfrutar de todo. Siempre me han gustado las cosas así. El blog, si os fijáis, funciona igual.

Es lo bueno del pan,
que pega con todo.


* Mou, el malo, podría incluso decir aquello de "Yo fui tu entrenador", Pepe es Darth Sidius, Iniesta Luke SkyWalker y Carles Puyol es Chewaka.
** Por cierto en España y Suramérica la gente corea himnos de fútbol durante los conciertos de heavy metal.

Comentarios

Acuática ha dicho que…
A mí es que el fútbol no me gusta nada, sólo lo veo cuando hay una competición importante de por medio, tipo mundial o europeo. Me pasa lo mismo con la inmensa mayoría de los deportes. Será que me gusta la competición en sí, no sé.
De todos modos, cuando veo la sección de deportes de las noticias tengo la sensación de que el fútbol es más lucha libre que fútbol como tal. ¿A ti no te pasa lo mismo?
Un beso
:)
Pan ha dicho que…
Aquática, que bueno verte por aquí.
A mi con el fútbol me pasa como con la cerveza, que si es en compañía nunca puedo negarme. Tampoco puedo resistirme una crónica bien escrita cuando mi equipo gana. Sino, ni compro el periódico. Para mi se trata de pasar el rato, lo mismo estaría viendo una peli a esa hora con la misma gente.
Tienes razón con de la lucha libre, con centrales como Pepe (risas) es directamente Kick Boxing. Eres más deportista que yo, a mi el resto de deportes me aburren. Será porque no los dan en el bar.
Luarna ha dicho que…
Al periodismo deportivo se le permiten siempre licencias literarias, aunque algunos se pasen.

Me divierte leer esto después de escribir mi última entrada. Hay que aceptar lo que va viniendo porque siempre estuvo ahí. Si piensas en por qué te aburría el fútbol de pequeño, seguramente encuentras que el "problema" estaba en otra parte, no en el fútbol. ¡Mola ir a la raíz y tirar, rrrrrrrrrrrrac!
Pan ha dicho que…
El periodismo deportivo debe tener licencias literarias porque el tema no da para tanto, admitámoslo, no hay nada malo en ello.
Respecto a lo segundo que me dices.No se donde estaba el problema cuando era pequeño, lo ignoro pero tampoco es que me preocupe en exceso "(...) la toma de decisiones nos define: ni lo que pensamos, ni lo que decimos. Somos nuestros actos puesto que ellos son lo único que afecta lo que nos rodea y a quienes nos rodean" y añado yo, esto es lo que yo hago.

Coman Pan

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