El gesto

Diciembre. Hay cola en las puertas de una discoteca. Es la fiesta de la empresa. Situada en un antiguo polígono industrial reconvertido en zona empresarial emplea a más de 200 personas. Excepto los coordinadores y jefes de departamento son en su mayoría jóvenes. Jaime llega allí más tarde que el resto. Saluda a los que ya están en la cola. Esperan en la calle mientras el frío les roe los dedos de los pies. ¿Nombre? ¿departamento? El portero comprueba uno por uno que todos los asistentes consten en la lista.

Dentro la gente se agolpa alrededor entre la barra y unas bandejas con comida. Unas escaleras llevan al piso inferior donde hay un escenario y otra barra. También está el guardarropa.

Jaime enfila de nuevo la cola del guardarropa. Se encuentra con Gonzalo, coordinador interdepartamental. Intercambian algunas palabras. La gente empieza a gastar sus consumiciones y cruzan la sala de un lado al otro cubata en mano. Se les unen Marcos y Ana, dicen que casualmente se han encontrado al salir del metro. Los cuatro hacen comentarios sobre la fiesta. Jaime dice algo sobre el abrigo que viste Marcos. Ana se excusa, debe irse un momento. Se quita el abrigo, la bufanda, el bolso y sin decir palabra se los da a Marcos que estira el brazo en un gesto suave, sosteniéndolos con el antebrazo doblado mientras habla con Jaime y Gonzalo.

Al cabo de unos minutos vuelve Ana. Les cuenta que se había perdido. Marcos sigue sosteniendo sus cosas. Jaime pregunta por los premios de la fiesta, pero ninguno tiene claro en que consistirán. Un viaje quizás. Llegan al guardarropa. Un euro por prenda. Cuatro euros. Dejan sus cosas y se acercan a la barra.

*La imagen la he tomado prestada de internet